miércoles, 11 de enero de 2012

BLANCACIENTA. Marta Moya.

Había una vez una chica joven que se llamaba Blancacienta y vivía junto a sus dos hermanastras y su madrastra.
Las hermanastras se llevaban muy mal con Blancacienta y la mandaban a recoger leña.
Un día como todos los demás Blancacienta se fue a por la leña pero se perdió en el bosque, estuvo horas y horas andando por el bosque hasta que llegó a una pradera, a lo lejos vio un castillo.
Se fue hacia el castillo y llamó a la puerta, de él salió un hombre con una corbata, traje de chaqueta y muy serio le pregunto que le pasaba y Blancacienta se lo contó, el hombre le dijo que se podía quedar al baile que se celebraba esa noche.
El hombre parecía muy simpático y le prestó un vestido muy elegante, era muy bonito.
El hombre se llamaba Paco y era el presidente de la asociación salvando animales, por eso tenia muchísimos animales en casa.
Le ofreció té o chocolate caliente y ella prefirió un té. Después el hombre le dejo una cama para dormir en la que se quedo placidamente dormida. Cuando pasaron unas horas la despertó y se fueron a cenar. Le esperaban una cena fantástica llena de alimentos muy caros y que por motivos económicos Blancacienta nunca había podido probarlos.
Después se puso el vestido y se fueron al baile que habían organizado.
Aparecieron chicos guapísimos y Blancacienta se puso a hablar con ellos y uno de ellos le pidió bailar con él pero cuando sonaron las 12 del reloj Blancacienta se tuvo que ir de el castillo corriendo le dijo al hombre que gracias por todo y se fue.
El chico que estaba bailando con ella se fue corriendo detrás de ella pero la perdió de vista solo encontró un zapatito que se le había caído y se quedo con el recuerdo de esa noche.
Unos años después Blancacienta y su madrastra se fueron a comprar a l mercado y encontraron al chico que había estado bailando con ella y le dijo que si quedaban para tomar un café y se fueron los dos a una cafetería y después a casa del chico y le entrego el zapato que se le había caído a Blancacienta, después fueron novios y se casaron y vivieron felices y comieron perdices.

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