sábado, 7 de enero de 2012

CAPERUCITA AZUL.Eva Ibáñez.


Había una vez una niña muy guapa que su madre le hizo una capa azul,
a la niña le gustaba tanto la capa y se la ponía tanto que a esta niña le llamaron Caperucita Azul.
Una vez su madre le dijo:
- Hija, ¿tienes que ir a ver a tu abuelita? dijo la madre
- Por que mamá es que ahora vive en la ciudad. respondió
- Da igual hija hace mucho tiempo que no la ves. dijo la madre
- Vale esta bien, pero tú también bienes. respondió
- Hombre claro que yo también quiero ver a mi madre. dijo la madre
- Mañana cogemos ya el tren. dijo la madre
- ¡vale! respondió

A la mañana siguiente:
- Mamá, ¿cuánto queda?
- Hija que ya casi estamos
- Mira caperucita esa es la casa de la abuelita
- Oh que grande mamá.

Una vez en casa de la abuelita, caperucita le preguntó a su madre cuanto nos quedábamos y la madre le dijo que mas o menos 6 meses.
A la semana siguiente, la madre se fue a buscar trabajo, y caperucita se quedó sola en casa de su abuelita, por que su abuela también se fue al campo a coger mandarinas.
- ¿Mamá y que voy hacer aquí yo sola?
- Hija, pues sales al parque de enfrente y haces amigos y amigas
- ¡vale! respondió la niña

A si que Caperucita se hizo amiga de una chica que se llamaba Lucía;
las dos chicas se fueron a casa de la abuelita de Caperucita, a jugar.
Pero de repente, llamaron a la puerta y ellas decidieron abrirla.
Eran unos hombres muy fuertes y musculosos, estaban muy nerviosas
Pero nada salió bien secuestraron a Caperucita y Lucía.
Cuando llegaron a casa, la madre y la abuelita se encontraron que no estaba Caperucita, la buscaron por todas partes y no hubo manera.
Se les ocurrió llamar a la policía, y la policía se puso en búsqueda.
Los secuestradores vieron en la televisión que dos niñas llamadas Caperucita y Lucía estaban desaparecidas.
Y entonces, ellos llamaron a casa de la abuelita para avisar que las niñas estaban bien y que ellos solo querían la capa azul de Caperucita, las llevaron a casa de la abuelita a entregarlas pero con la condición de que le diera a capa azul, y como a Caperucita le gustaba tanto, su madre tubo que hacer una para cada uno de los hombres.
Y se fueron todos felices envueltos en sus capas azules.

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