miércoles, 4 de enero de 2012

Chicos en la playa. Sergio Pérez.


Estamos en el verano de 1910 y es medio día. Hace un calor insoportable en Valencia. El viento de poniente impide respirar. Juan, Pedro y José viven en el Cabañal, muy cerca de la playa. Únicamente tienen que cruzar la calle y están en la playa.

El sol pega de lleno después de comer, y mientras los adultos hacen la siesta, los tres chicos se aburren, no se puede jugar en la calle y con tanto calor, tampoco se puede estar en casa. Lo mejor, dicen los tres a la vez, es ir a la playa, pegarse un baño y refrescarse.

No tienen edad para ir solos, y a esas horas ningún adulto les va acompañar. Pero eso no es obstáculo para que tres valientes se metan al agua.

- Haber quien llega primero, y tonto el último, dice Juan.
- ¡Qué no llevamos ropa para el baño!, contesta Pedro.
- No tan de prisa, que llevo las zapatillas llenas de arena y no puedo correr, dice José.

Llegan a la orilla de la playa. Por el camino han ido quitándose la ropa, incluida la interior. No hay nadie en la playa, es lo normal a esas horas.

Ninguno de los tres sabe nadar, pero les encanta tumbarse en la orilla y que las olas les peguen en el cuerpo, hacer remolinos con la arena y llenarse de ella.

José dice: ¿Os habéis preguntado alguna vez, que hay al otro lado del mar?
Juan le contesta: Siempre estas con lo mismo, eres un pesado.
Pedro añade: El agua esta hoy muy salada, y me escuece la herida que me hice ayer al romperse la rama y caer al suelo.

Los tres niños se echan a reír.

- Como se te ocurrió ir detrás del gato. Fue lo menos que podría pasarte, dijo José.
- Me empiezan a picar los hombros, dice Juan
- Es que hoy hace mucho calor, mira ni siquiera hay olas y el agua está superlimpia. Se pueden ver los peces, dice Pedro.

De repente, se oye un grito. La madre de Pedro ha terminado de recoger la cocina, y lo ha estado llamando. Al no contestar, se ha asomado a la puerta y ha descubierto a los tres niños en el agua desnudos, y les dice:

- Sois unos insensatos. A estas horas, no se puede uno bañar, no os dais cuenta del calor que hace, y que el sol cae a plomo. Además toda la ropa está desperdigada por la orilla. Luego os quejáis que tiene arena. Esta noche no vais a poder dormir. Parecéis cangrejos al sol.

Los tres niños, a quienes les encanta tener la playa para ellos solos, salen del agua, se visten y ya están tramando como volver al día siguiente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario