martes, 3 de enero de 2012

Margarita. Alba Rodríguez.


Cuando era bastante pequeña, fui al Museo del Prado, pero como mi padre sabía que cuando creciera ya no me acordaría de mucho, me compró un libro en el que salían y explicaban los cuadros más famosos que allí se exponen.

El otro día estaba en mi habitación y ordenando la estantería lo vi y me entró curiosidad por echarle un vistazo. En todas las páginas salía una niña rubia con un vestido muy hueco explicando cada cuadro. Pero me llamó la atención un cuadro de Diego Velázquez en el que salía ella rodeada de sirvientes. ¿Por que era tan especial aquella niña que apenas tendría diez años? El nombre del cuadro era “La familia de Felipe IV”, pero también se le conoce como “Las meninas”.
Como el personaje me gustó mucho decidí investigar en Internet, que fue de aquella niña: su nombre, la época en que vivió y como fue su vida.
Se llamaba Margarita, era hija del rey Felipe IV y su segunda esposa, y en su corta vida fue utilizada para unir y reconciliar con su matrimonio el imperio de España y el austriaco.

12 de Julio de 1666

Era el día de mi décimo quinto cumpleaños, acababa de llegar a Barcelona.
Se celebraban varios festejos en mi honor, pues aparte de haber cumplido los quince años, dentro de cuatro meses me iba a casar con mi tío, el emperador Leopoldo I. Aunque él era veintinueve años mayor que yo, mi madre, Mariana de Austria, insistía en que era lo mejor, porque así yo me convertiría en la emperatriz consorte del Sacro Imperio Románico Germánico. Por suerte mi padre, Felipe IV, fallecido el año pasado, retrasó mi boda todo lo que pudo, pues Leopoldo pretendía que nos casáramos cuando yo era una niña.

Estuvimos en Barcelona hasta el 10 de agosto, y así continuamos el viaje hasta llegar a Venecia el 8 de octubre.

10 de Octubre de 1666

El día de mi boda.
Estaba nerviosa, y tampoco tenía muchas razones, pues no iba a ser especialmente bonita. Mi prometido ni siquiera iba a venir.
Ahora yo estaba en Roveredo el primer lugar del principado-obispado de Trento. En el lugar de Leopoldo estaba el príncipe de Dietrichstein.La ceremonia fue muy rápida, yo ni siquiera llevaba un traje de novia, sino uno de mis vestidos preferidos de color azul celeste.
El cardenal Harrach, un buen amigo de mi ahora esposo, dio por finalizada la unión y partimos enseguida hacia una ciudad cerca de Viena donde me recogería Leopoldo.


Las celebraciones que tuvieron lugar en Viena con motivo de nuestra boda fueron de las más espléndidas que se habían festejado en estos tiempos.


2 de Enero de 2012

Me gustaría que esta historia terminase bien, como en las películas de princesas, en las que el príncipe y la princesa viven felices para siempre, pero al leer la historia de la emperatriz Margarita de Austria, esto es imposible.
¿Cómo pudo ser feliz una niña de quince años a la que casaron con su tío, el hermano de su madre y que además era veintinueve años mayor que ella?
Según su biografía, Margarita tuvo cuatro hijos, dos chicos y dos chicas de los que solo sobrevivió María Antonia.
Ahora nos parecería una barbaridad que una niña tan joven tuviese cuatro hijos en siete años, pero es que además, la pobre, murió al dar a luz a su cuarto hijo.
Me resulta muy duro saber, como a una princesa que se supone que es una persona privilegiada, se la utilizó de esta forma.

A pesar de que murió con veintidós años, Margarita Teresa fue uno de los personajes más retratados por el pintor sevillano Diego Velázquez y por otros pintores muy importantes de la época.
Si tenéis interés por saber como era, existen un montón de estupendos retratos suyos, en los museos más importantes del mundo.

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