martes, 10 de enero de 2012

PASARLO BOMBA. El tobogán del rio. Luis López.


En un pueblo llamado Tinto, vivía Alberto. Era un niño alto, rubio, con los ojos verdes, también era muy indeciso, siempre le costaba mucho decidir si ir a jugar con sus amigos o quedarse en casa, comprarse un juguete o guardarse el dinero. Un día llegaron sus primos de Verderol a pasar unos días de vacaciones en verano, Alberto tenía que compartir su habitación con su primo Juan, no le hacía mucha ilusión porque su primo era todo lo contrario a él, hacia las cosas sin pensar, nunca tardaba más de un minuto en decidirse. Una tarde que hacía mucho calor su primo le propuso ir al río a bañarse Alberto como siempre no sabía si quedarse en casa o ir con su primo al cabo de un rato cuando su primo le había preguntado mil veces si iba o no Alberto decidió ir con él, cuando llegaron al río estaban todos sus amigos. Él nuca había ido al río porque no le gustaba mucho, al principio Alberto estaba por volverse a casa, pero entonces su primo le dijo que había visto una especie de tobogán en las rocas y le dijo que se tirase con él, Alberto se lo pensó mucho pero aceptó porque todos se lo estaban pasando bien. Pasaron una tarde muy divertida, cuando llegaron a casa Alberto le dijo a su madre lo bien que se le había pasado en el tobogán del río con su primo y sus amigos, en cuanto se lo dijo su madre ella se quedó sorprendida porque Alberto no solía contarle lo que hacía y menos que le contará lo bien que se lo había pasado. En el comedor antes de cenar se lo contaba a toda su familia y ellos se quedaron igual que su madre sobretodo su abuela que ella pasaba muchas tardes con Alberto pero aquella noche se quedó con la boca abierta.
A partir de entonces cuando sus amigos o su primo le decían de salir él siempre decía que si y todos los días a partir de ese, Alberto cada vez que se iba con sus amigos o con su primo se lo PABABA BOMBA.

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